LA INFORMACIÓN SEGÚN VALENTÍN SÉSAR
Desde la Fundación Kassumay queremos compartir este breve escrito que nos ofrece Valentí Sésar y que creemos que sintetiza muy acertadamente el momento que vivimos en relación a la información y el entramado que le rodea.
El derecho a la información es un derecho fundamental del ciudadano, de ahí que esté contemplado (y en teoría amparado) en todas las constituciones de los países considerados democráticos.
Y el origen y pilar fundamental de ese derecho ha sido en gran parte debido a la prensa escrita. Tradicionalmente y desde el siglo XVIII cuando nacieron las primeras cabeceras de lo que hoy entendemos como prensa, se han convertido en una costumbre cotidiana por una parte importante de la ciudadanía, que de esta forma veía satisfecha la necesidad de estar informada.
Pero lo cierto es que hoy, la prensa escrita ha perdido la influencia social de la que siempre había disfrutado, con la aparición de otros medios de información más modernos, más cercanos y más cómodos. Hablo de la radio, canales de TV (tanto públicos como privados), redes sociales, etc. Las fuentes informativas se han multiplicado, pero creo que al igual que han cambiado las formas de hacérnosla llegar, el fondo, la esencia de la información, debería haber continuado inalterable. Es decir, una información veraz, debidamente contrastada, desinteresada e imparcial. Así lo exigimos los ciudadanos.
Pero la realidad va por otro camino y veo con tristeza que si hay un servicio que ha perdido la confianza y el prestigio de la gente, ha sido el de los medios de información, que desgraciadamente se han convertido en altavoces públicos de grandes lobbies y corporaciones políticas-financieras y que bajo su dirección, se dedican a filtrar, subrayar, elegir, magnificar, manipular y tergiversar o directamente silenciar en función de los intereses económicos de quien los sostiene.
Me ha venido a la cabeza aquella frase que dice:"Antes de creerte todo lo que dice la prensa, enterado de quien paga la tinta" o aquella otra del poeta y periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que nos dejó dicho: "Cuando se descubrió que la información también era negocio, la verdad dejó de ser importante".
El derecho a la información es un derecho fundamental del ciudadano, de ahí que esté contemplado (y en teoría amparado) en todas las constituciones de los países considerados democráticos.
Y el origen y pilar fundamental de ese derecho ha sido en gran parte debido a la prensa escrita. Tradicionalmente y desde el siglo XVIII cuando nacieron las primeras cabeceras de lo que hoy entendemos como prensa, se han convertido en una costumbre cotidiana por una parte importante de la ciudadanía, que de esta forma veía satisfecha la necesidad de estar informada.
Pero lo cierto es que hoy, la prensa escrita ha perdido la influencia social de la que siempre había disfrutado, con la aparición de otros medios de información más modernos, más cercanos y más cómodos. Hablo de la radio, canales de TV (tanto públicos como privados), redes sociales, etc. Las fuentes informativas se han multiplicado, pero creo que al igual que han cambiado las formas de hacérnosla llegar, el fondo, la esencia de la información, debería haber continuado inalterable. Es decir, una información veraz, debidamente contrastada, desinteresada e imparcial. Así lo exigimos los ciudadanos.
Pero la realidad va por otro camino y veo con tristeza que si hay un servicio que ha perdido la confianza y el prestigio de la gente, ha sido el de los medios de información, que desgraciadamente se han convertido en altavoces públicos de grandes lobbies y corporaciones políticas-financieras y que bajo su dirección, se dedican a filtrar, subrayar, elegir, magnificar, manipular y tergiversar o directamente silenciar en función de los intereses económicos de quien los sostiene.
Me ha venido a la cabeza aquella frase que dice:"Antes de creerte todo lo que dice la prensa, enterado de quien paga la tinta" o aquella otra del poeta y periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que nos dejó dicho: "Cuando se descubrió que la información también era negocio, la verdad dejó de ser importante".