VALENTÍ SESAR, NATURA
Desde la FUNDACIÓN KASSUMAY queremos compartir con la gravedad que pide, el siguiente escrito de Valentí Sesar, que creemos que refleja bastante bien el sentimiento que muchas tenemos hacia el tema que lo ocupa. Ser realistas a vueltas comporta este grado de pesimismo necesario.
Si hay un tema de rabiosa actualidad que acapara los titulares de todos los medios de información, sean escritos, televisivos o radiofónicos, es el del "medio ambiente". Es el tema estrella por excelencia y en un relativo poco tiempo, ha pasado de ser la "diosa" de cuatro ecologistas sonados que lo único que pretendían era llamar la atención y tocar los collares al sistema, a convertirse en un tema que preocupa a todos los gobiernos del mundo.
Y fijaos que intencionadamente, he dicho "preocupa" que es muy diferente a decir "se ocupa" (que es poner hilo a la aguja), porque aparte de declaraciones solemnes y grandilocuentes que tienen como objetivo espantar a la ciudadanía y hacerlos sentir culpables, a la hora de poner remedio con medidas efectivas y urgentes, todo queda en papel mojado.
Y estos mandatarios que han asistido a todos los congresos, cumbres mundiales sobre el clima, simpósiums sobre el cambio climático, etc, etc.,. cuando regresan a sus respectivos países de origen, de un golpe, inexplicablemente, sufren un repentino episodio de amnesia.
Todos los buenos propósitos, todos los acuerdos, todos los compromisos se diluyen en el baño de la realidad. Una realidad que tiene nombre y apellido: "INTERESES ECONÓMICOS". Unos intereses representados por quienes han exenta y continúan despreciando la naturaleza y explotando y destruyendo impunemente los recursos naturales sin el menor escrúpulo.
Y es de dominio público que son precisamente estos poderosos conglomerados de hóldings empresariales los que directa o indirectamente ponen o sacan a los gobiernos de turno. Y yo me pregunto. . . como los ciudadanos de la calle, ¿podemos pretender que los gobiernos actúen en favor de la naturaleza?.
Sería ir en su contra, como tirarse piedras sobre el propio tejado. Como dice aquella famosa dicha: "Quien forma parte del problema, no puede formar parte de la solución".
No, no soy nada optimista con el futuro del planeta. Conociendo la ambición desmedida (mejor sería decir cobardía) del hombre , esto no puede acabar bien.
Tal y como tratamos la naturaleza, ella nos tratará a nosotros, y es evidente que más que tratarla, la estamos maltratando.
Tengo el presentimiento de que su respuesta será terrible.
"Si sirves a la naturaleza, la naturaleza te servirá a ti".
Si hay un tema de rabiosa actualidad que acapara los titulares de todos los medios de información, sean escritos, televisivos o radiofónicos, es el del "medio ambiente". Es el tema estrella por excelencia y en un relativo poco tiempo, ha pasado de ser la "diosa" de cuatro ecologistas sonados que lo único que pretendían era llamar la atención y tocar los collares al sistema, a convertirse en un tema que preocupa a todos los gobiernos del mundo.
Y fijaos que intencionadamente, he dicho "preocupa" que es muy diferente a decir "se ocupa" (que es poner hilo a la aguja), porque aparte de declaraciones solemnes y grandilocuentes que tienen como objetivo espantar a la ciudadanía y hacerlos sentir culpables, a la hora de poner remedio con medidas efectivas y urgentes, todo queda en papel mojado.
Y estos mandatarios que han asistido a todos los congresos, cumbres mundiales sobre el clima, simpósiums sobre el cambio climático, etc, etc.,. cuando regresan a sus respectivos países de origen, de un golpe, inexplicablemente, sufren un repentino episodio de amnesia.
Todos los buenos propósitos, todos los acuerdos, todos los compromisos se diluyen en el baño de la realidad. Una realidad que tiene nombre y apellido: "INTERESES ECONÓMICOS". Unos intereses representados por quienes han exenta y continúan despreciando la naturaleza y explotando y destruyendo impunemente los recursos naturales sin el menor escrúpulo.
Y es de dominio público que son precisamente estos poderosos conglomerados de hóldings empresariales los que directa o indirectamente ponen o sacan a los gobiernos de turno. Y yo me pregunto. . . como los ciudadanos de la calle, ¿podemos pretender que los gobiernos actúen en favor de la naturaleza?.
Sería ir en su contra, como tirarse piedras sobre el propio tejado. Como dice aquella famosa dicha: "Quien forma parte del problema, no puede formar parte de la solución".
No, no soy nada optimista con el futuro del planeta. Conociendo la ambición desmedida (mejor sería decir cobardía) del hombre , esto no puede acabar bien.
Tal y como tratamos la naturaleza, ella nos tratará a nosotros, y es evidente que más que tratarla, la estamos maltratando.
Tengo el presentimiento de que su respuesta será terrible.
"Si sirves a la naturaleza, la naturaleza te servirá a ti".