MUY BUENA NOTICIA
Desde la FUNDACIÓN KASSUMAY os queremos desear un buen inicio de año que se prolongue los doce meses, donde juntos podamos ir poniendo nuestras semillas para un presente mejor.
A pesar de todas las noticias que nos llegan de todas partes que nos hacen agarrar y que no nos generan muchas esperanzas , queremos empezar este primer bloque del año con una noticia positiva, que nos permite arrojar un chiste de luz después de la oscuridad.
Quizás no todo el mundo está al caso de que desde el mes de marzo de 2022, (coincidiendo también en la proximidad de fechas con el inicio de la invasión rusa a Ucrania), se volvió a activar el conflicto armado que lleva de una manera u otra latente a la Casamance.
Como ya es sabido quien sale siempre perdiendo en estos casos es la población civil que ve como su vida se estruja de un día para otro. La repercusión mediática de este asunto ha sido mínima, cuando no nula, eclipsada por la coincidencia con la terrible situación de Ucrania.
Los acontecimientos, como acostumbra a pasar en estos casos, provocaron la marcha de las poblaciones buscando un espacio donde se pudiera garantizar su seguridad. Una gran parte de los habitantes de la zona afectada huyeron a la vecina Gambia. Y en esta zona es también donde hemos llevado a cabo muchos de los proyectos implantados por la FUNDACIÓN KASSUMAY de la mano de nuestra contraparte en el terreno, la Associatation CPAS.
Estos proyectos no han estado exentos de las violencias generadas entre ejército senegalés y grupos rebeldes, que han dañado buena parte del trabajo realizado, ya sea en las huertas para mujeres, centros de salud, escuelas o maternidades.
Todavía no sabemos el alcance exacto de los daños provocados, y haremos todo lo posible para restablecer el buen funcionamiento de las infraestructuras y huertas tan pronto como disponemos de una evaluación precisa de estos daños.
La generosidad de nuestros colaboradores, socios y simpatizantes harán posible como siempre que lleguemos a buen puerto. Pero después de esta introducción nada abrumadora, os damos la buena noticia:
Desde el pasado mes de diciembre tenemos informaciones que nos confirman el retorno de las poblaciones desplazadas a sus localidades. Nos alegramos y celebramos que las personas que se vieron obligadas a dejar su casa puedan recuperar sus vidas donde les corresponde por derecho y por elección.
Los poblados vacíos vuelven a ser focos donde la vida fluye, lugares donde los días tienen un sentido y donde se espera cada día una nueva salida del sol. Muy seguro que con dificultades añadidas tras el desplazamiento forzoso. Sin embargo, confiamos en la fuerza de las personas para construir (y reconstruir si es necesario) su presente.
Desde la FUNDACIÓN KASSUMAY arrancamos el año con esta brecha de claror y con la mirada puesta en aquellos que a menudo tienen la voz silenciada, pero que aunque el grito sea sordo, sigue siendo un grito y si se quiere se escucha.
Si queréis profundizar en los inicios de la reanudación de las hostilidades, os dejamos este enlace que es bastante esclarecedor AQUÍ
A pesar de todas las noticias que nos llegan de todas partes que nos hacen agarrar y que no nos generan muchas esperanzas , queremos empezar este primer bloque del año con una noticia positiva, que nos permite arrojar un chiste de luz después de la oscuridad.
Quizás no todo el mundo está al caso de que desde el mes de marzo de 2022, (coincidiendo también en la proximidad de fechas con el inicio de la invasión rusa a Ucrania), se volvió a activar el conflicto armado que lleva de una manera u otra latente a la Casamance.
Como ya es sabido quien sale siempre perdiendo en estos casos es la población civil que ve como su vida se estruja de un día para otro. La repercusión mediática de este asunto ha sido mínima, cuando no nula, eclipsada por la coincidencia con la terrible situación de Ucrania.
Los acontecimientos, como acostumbra a pasar en estos casos, provocaron la marcha de las poblaciones buscando un espacio donde se pudiera garantizar su seguridad. Una gran parte de los habitantes de la zona afectada huyeron a la vecina Gambia. Y en esta zona es también donde hemos llevado a cabo muchos de los proyectos implantados por la FUNDACIÓN KASSUMAY de la mano de nuestra contraparte en el terreno, la Associatation CPAS.
Estos proyectos no han estado exentos de las violencias generadas entre ejército senegalés y grupos rebeldes, que han dañado buena parte del trabajo realizado, ya sea en las huertas para mujeres, centros de salud, escuelas o maternidades.
Todavía no sabemos el alcance exacto de los daños provocados, y haremos todo lo posible para restablecer el buen funcionamiento de las infraestructuras y huertas tan pronto como disponemos de una evaluación precisa de estos daños.
La generosidad de nuestros colaboradores, socios y simpatizantes harán posible como siempre que lleguemos a buen puerto. Pero después de esta introducción nada abrumadora, os damos la buena noticia:
Desde el pasado mes de diciembre tenemos informaciones que nos confirman el retorno de las poblaciones desplazadas a sus localidades. Nos alegramos y celebramos que las personas que se vieron obligadas a dejar su casa puedan recuperar sus vidas donde les corresponde por derecho y por elección.
Los poblados vacíos vuelven a ser focos donde la vida fluye, lugares donde los días tienen un sentido y donde se espera cada día una nueva salida del sol. Muy seguro que con dificultades añadidas tras el desplazamiento forzoso. Sin embargo, confiamos en la fuerza de las personas para construir (y reconstruir si es necesario) su presente.
Desde la FUNDACIÓN KASSUMAY arrancamos el año con esta brecha de claror y con la mirada puesta en aquellos que a menudo tienen la voz silenciada, pero que aunque el grito sea sordo, sigue siendo un grito y si se quiere se escucha.
Si queréis profundizar en los inicios de la reanudación de las hostilidades, os dejamos este enlace que es bastante esclarecedor AQUÍ
